La actividad, organizada por la Universidad Católica del Maule, contó igualmente con la participación del Dr. Abdel Sifeddine, del Institute of Research for Development (IRD) y la charla “Variabilidad ambiental en los ecosistemas costeros: Integrando enfoques interdisciplinarios para comprender los impactos pasados y actuales del Cambio Climático en un Mundo Cambiante”; y el Dr. Eduardo Quiroga, de la Escuela de Ciencias del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, con su exposición “Importancia de los sistemas bentónicos patagónicos en la mitigación y adaptación al Cambio Climático”.
En tanto, la también consultora de la FAO, Dr. Doris Soto se refirió al desarrollo del acuicultura frente al cambio climático y qué aspectos son determinantes tener en cuanta para afrontarlo desde dicho sector productivo.
“La Variabilidad climática y el Cambio Climático pueden afectar de forma directa e indirecta a las especies que cultivamos en el mar. Y es que a diferencia de la pesca, los organismos que cultivamos no se pueden mover, y por ello debemos estar atentos a las condiciones en las que están siendo cultivados”, comenzó señalando Soto.
Así, detalló la cadena de impactos que podrían afectar a la salmonicultura y mitilicultura, entre la que nombró una mayor ocurrencia de eventos de floraciones de algas nocivas, la acidificación del océano que afectaría las conchas de mitílidos, incremento de enfermedades y parasitismo, y menor producción de semillas de choritos desde bancos naturales.
A continuación realizó un repasó de dos investigaciones sobre el estado de la acuicultura frente al cambio climático el sur de Chile, la primera (2017-2018) enfocada en la salmonicultura, y en las que se evaluó la vulnerabilidad de la industria en 6 comunas entre las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, determinándose que las localidades más vulnerables eran Cochamó y Cisnes.
Sin embargo, dicha vulnerabilidad serían por diferentes razones. Por un lado Cochamó, debido al manejo de la producción en dicha industria; y Puerto Cisnes, por la dependencia social-económica de la actividad.
Finalmente, explicó los mapas de riesgo para la acuicultura (desarrollados en el programa Atlas del Riesgo Climático) y qué aspectos se consideraron para su elaboración.
En salmonicultura por ejemplo, se tomó como amenaza y cadena de impacto (es decir, variables que son difíciles de cambiar) la reducción de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas, que tendría repercusiones en la calidad y cantidad de agua disponible para las pisciculturas. En tanto, para la fase de engorda, las amenazas estarían dadas por la salinidad del mar y la mayor disposición de luz, las que provocaría una mayor probabilidad de enfermedades (Caligus por ejemplo) y riesgos FAN respectivamente.
Fuente: Mundo Acuícola