En un paso más al mal manejo de las políticas pesqueras, entremezcladas con matices ideológicos y de arenga nacionalista, se ha impulsado un Proyecto de Ley a las Cámaras legislativas del País para la creación de una Área Marina Protegida Bentónica con el nombre de Agujero Azul, cómo Reserva Nacional Marina Estricta, sobre los espacios de la plataforma continental bajo jurisdicción del país, y cuyo perímetro y límites y características se detallan en el documento adjunto a la presente nota, y que cuenta en principio con una superficie total de ciento sesenta y cuatro mil kilómetros cuadrados (164.000 km2).
Lo curioso y hasta poco usual es que la probable Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul contendría dentro de su jurisdicción los restos del trágico siniestrado Submarino ARA San Juan, un fatídico caso que sigue abierto en el ámbito de la justicia y el reclamo de las familias de los marinos fallecidos, pero que se destaca como una de las justificaciones del proyecto de ley.
Si bien la cuestión de la plataforma no aplica para peces, además de localizarse en una jurisdicción más allá de la ZEE, dicha área sería desconocida internacionalmente, aunque se la «dibuje» como conservación, ya que no puede ponerse una AMP en aguas internacionales.
Una vez más la mixtura de incumbencias, ideologías y exaltación del acervo supuestamente nacionalista deja de lado y excluye a los actores fundamentales para cualquier decisión de ésta índole; la industria pesquera, las organizaciones científicas, y los organismos nacionales e internacionales expertos en temas de creación y gestión de tales áreas.
Se adjunta el documento, que habla por sí solo y que una vez más muestra la infravaloración de un sector productivo clave en el ámbito nacional e internacional que amerita regulación y no prohibición.