Globefish, la unidad de análisis de mercados del Departamento de Pesca y Acuicultura de FAO, ha dado a conocer los resultados del primer informe que realiza sobre el impacto de la COVID-19 en la cadena de valor del sector, fruto de una encuesta entre operadores y stakeholders de la industria. A la vista de las respuestas obtenidas y los comentarios de la industria, el organismo concluye que “el sector de los productos del mar se enfrenta a unas perspectivas sombrías de la demanda, así como a una serie de desafíos en materia de oferta”.
En relación a los precios, Globefish destaca que si bien el de los productos congelados y transformados se han visto menos afectados que los frescos y refrigerados, los primeros pueden ser más vulnerables a medio plazo, ya que en el futuro tendrán que hacer frente a una fuerte competencia de otros productos, tanto a nivel nacional como en el mercado internacional. El 44 % de los encuestados han percibido una fuerte disminución. La mayoría de los precios han experimentado grandes cambios, ya que la demanda y la oferta han fluctuado en respuesta a los mercados. Para muchos productos, hay más oferta disponible de la que puede ser comercializada de manera rentable, ejerciendo una fuerte presión a la baja sobre los precios.
Muchos productores, transformadores y proveedores no están dispuestos a vender en estas condiciones desfavorables del mercado, optando por retrasar las capturas, almacenar pescado o realizar procesos de conservación;es probable que esto continúe hasta que se reanude la demanda, cuyo calendario sigue siendo incierto.
Como las exportaciones se han visto restringidas por la disminución de la demanda y las cuestiones logísticas, las cadenas de suministro se han acortado.Siguen existiendo desafíos para las empresas que tratan de redirigir los suministros, y muchos mercados nacionales no son lo suficientemente grandes como para absorber esta afluencia.
En cuanto a la demanda, el efecto no tiene “precedentes”, indica Globefish. El informe apunta que la pandemia y las correspondientes respuestas mundiales y nacionales han tenido un efecto no experimentado hasta ahora en la demanda de pescado en el mercado, lo que ha provocado una caída repentina en todo el sector. “Todavía existe una gran incertidumbre en cuanto a la dirección futura del mercado, y se está haciendo un gran esfuerzo para adaptar la demanda existente a la oferta disponible”, indica el organismo de FAO. En lo referido a la venta al por mayor, el 62 por ciento de los encuestados reportó una gran disminución, frente a un 21 por ciento que reveló una ligera disminución. En la venta minorista, el 62 % de los encuestados también habla de una disminución de la demanda.
En lo referente al suministro (captura y transformación), el 40 % de los encuestados informó de que muchas empresas estaban cerradas temporalmente, mientras que casi el 90 % informó de que al menos algunas empresas habían cerrado temporalmente. La disminución de la demanda sigue siendo un problema clave para los productores y transformadores de pescado, con menores ingresos y mayores costes operativos, explica el informe. El 61 por ciento de los encuestados dijo que era más difícil vender sus productos, y el 31 por ciento había encontrado más difícil comprar insumos. “Los cierres fronterizos, las perturbaciones y los mercados restrictivos han contribuido a que el transporte se tambalee en los primeros meses de 2020”, explica Globefish.
La pesca necesitará medidas específicas
El documento concluye que, a medida que la pandemia progresa, las respuestas de los diferentes gobiernos han evolucionado de la cuarentena y la contención inmediata del virus a la recuperación y reanudación de la economía. “Las empresas están empezando a reabrirse en muchas partes del mundo”, explica Globefish, que recuerda que “la naturaleza singular de la pesca y la acuicultura requerirá respuestas gubernamentales debidamente formuladas que respalden sus necesidades a fin de garantizar una recuperación satisfactoria del sector”.
Fuente: Industrias Pesqueras