WWF ha hecho un llamamiento a FAO para que en la época post COVID-19 centre sus esfuerzos en la sostenibilidad de las pesquerías, en el cambio climático y en la conservación para apoyar un océano resistente y saludable y a las comunidades e industrias que dependen de ellos. “La pandemia de coronavirus ha tenido efectos de amplio alcance en las pesquerías de todo el mundo, exacerbando los desafíos para el manejo sostenible de las poblaciones de peces”, explica y añade que han salido a la luz «muchas debilidades» como la necesidad de desarrollar un enfoque más moderno para la pesca, incluida la eliminación de subsidios perjudiciales y la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada.
“El COVID-19 destruyó las cadenas de suministro de la pesca y dejó a la gente y los mercados a la deriva en un mar de incertidumbre” señala Giuseppe di Carlo, director de la Iniciativa Marítima Mediterránea de WWF. Ahora vemos claramente que el sector ya es muy vulnerable y los más afectados son las comunidades pesqueras más pobres. El modelo de siempre no nos servirá para la próxima década», apunta la ONG.
El representante de la organización en el Mediterráneo apuesta por priorizar la gestión de las poblaciones en los países en desarrollo, “donde la pesca en pequeña escala contribuye significativamente a la seguridad alimentaria, al empleo y al desarrollo económico. Esto significa políticas que funcionan tanto para las personas como para la naturaleza: garantizar el acceso y la equidad a los más vulnerables y restaurar y reconstruir la salud de los océanos a largo plazo», apunta Giuseppe di Carlo.
Con relación a la acuicultura, el director de la Iniciativa Marítima Mediterránea de WWF apunta que este sector está creciendo rápidamente, y los impactos de la producción de alimentos para la acuicultura, que proviene de ambientes marinos y terrestres, están muy extendidos en todo el planeta, lo que contribuye a la conversión del hábitat, la sobrepesca y el cambio climático. “El desafío aquí es garantizar que nos estamos moviendo hacia medios de producción de alimentos más eficientes y con los impactos más bajos. Con el crecimiento de la población, las presiones sobre nuestros recursos naturales y nuestros sistemas de producción de alimentos solo van a aumentar», concluye di Carlo.
Fuente: Industrias Pesqueras