La Comisión Europea presentó la nueva estrategia sobre la biodiversidad “para devolver la naturaleza a nuestras vidas” y la estrategia “de la granja a la mesa” en pro de un sistema alimentario “equitativo, sano y respetuoso con el medio ambiente”. Las dos estrategias se refuerzan mutuamente, “ya que aúnan la naturaleza, los agricultores, las empresas y los consumidores en pro de un futuro sostenible y competitivo”, asegura el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Estas normas se basan en el “Pacto Verde Europeo”, y proponen acciones y compromisos ambiciosos de la UE para poner “coto a la pérdida de biodiversidad en Europa y en el mundo” y convertir “nuestros sistemas alimentarios en normas para el mundo” en pro “de la sostenibilidad competitiva y la protección de la salud humana y planetaria”, sin olvidar “los medios de subsistencia de todas las partes en la cadena de valor alimentaria”.
“La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 ha demostrado hasta qué punto nos hace vulnerables el aumento de la pérdida de biodiversidad y es crucial un sistema alimentario que funcione correctamente para nuestra sociedad”, explican desde la Comisión Europea. Las dos estrategias dan prioridad a los ciudadanos en su compromiso de “aumentar la protección del suelo y el mar, regenerar los ecosistemas degradados y hacer que la UE lidere la escena internacional”, tanto en lo que se refiere a la protección de la biodiversidad como a la creación de una cadena alimentaria sostenible.
La nueva Estrategia sobre la biodiversidad aborda factores clave “como el uso insostenible del suelo y el mar, la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación y las especies exóticas invasoras”. Esta estrategia, adoptada durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, es “un elemento central del plan de recuperación de la UE” y reviste “una importancia crucial para prevenir y reforzar la resiliencia ante pandemias futuras” y brindar “oportunidades de negocio e inversión inmediatas a efectos de la recuperación de la economía de la UE”. También persigue “integrar las consideraciones relacionadas con la biodiversidad en la estrategia global de crecimiento económico de la UE”.
La estrategia propone, entre otras cosas, definir objetivos vinculantes para regenerar los ríos y los ecosistemas degradados, mejorar la salud de las especies y hábitats protegidos de la UE, devolver los polinizadores a las tierras agrícolas, reducir la contaminación, hacer más ecológicas las ciudades, aumentar la agricultura ecológica y otras prácticas agrícolas respetuosas con la biodiversidad, y mejorar la salud de los bosques europeos. “La estrategia presenta medidas concretas para acometer la regeneración de la biodiversidad de Europa de aquí a 2030, lo que incluye transformar un mínimo del 30 % de las tierras y mares de Europa en zonas protegidas administradas con eficacia y devolver a un mínimo del 10 % de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados”, asegura la institución.
Las acciones previstas en materia de protección de la naturaleza, uso sostenible y regeneración aportarán “beneficios económicos a las comunidades locales” gracias a la generación “de puestos de trabajo y crecimiento sostenibles”. Se destinarán 20 millones de euros cada año a la biodiversidad a través de diversas fuentes, tales como fondos de la UE, nacionales y privados.
El vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, declaró que “la crisis provocada por la pandemia de coronavirus ha demostrado lo vulnerables que somos, así como la importancia de restablecer el equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad constituyen un peligro claro y actual para la humanidad. Las estrategias sobre la biodiversidad y «de la granja a la mesa», que son elementos centrales del Pacto Verde, apuntan a un nuevo y mejor equilibrio entre la naturaleza, los sistemas alimentarios y la biodiversidad, a fin de preservar la salud y el bienestar de nuestra población y, al mismo tiempo, aumentar la competitividad y la resiliencia de la UE. Estas estrategias constituyen un elemento crucial de la gran transición que estamos iniciando”.
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, explicó que “debemos avanzar y hacer que el sistema alimentario de la UE sea un motor de la sostenibilidad. La Estrategia “de la granja a la mesa” cambiará las cosas para mejor, de forma generalizada, en cuanto a la manera en que producimos, compramos y consumimos nuestros alimentos, lo que redundará en beneficio de la salud de nuestros ciudadanos, de las sociedades y del medio ambiente. Brinda la oportunidad de conciliar nuestros sistemas alimentarios con la salud de nuestro planeta, de garantizar la seguridad alimentaria y de satisfacer el deseo de los europeos de una alimentación sana, equitativa y respetuosa con el medio ambiente”.
Virginijus Sinkevičius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, indicó que “la naturaleza es vital para nuestro bienestar físico y mental, filtra nuestro aire y nuestra agua, regula el clima y poliniza nuestros cultivos, pero estamos actuando como si no importara y perdiéndola a un ritmo sin precedentes. Esta nueva Estrategia sobre la biodiversidad se basa en lo que ha funcionado antes y añade nuevos instrumentos que nos permitirán avanzar hacia una verdadera sostenibilidad, que redundará en beneficio de todos. El objetivo de la UE es proteger y regenerar la naturaleza, contribuir a la recuperación económica de la crisis actual y liderar el camino hacia un marco mundial ambicioso para proteger la biodiversidad del planeta”.
De la granja a la mesa
La estrategia “de la granja a la mesa” facilitará la transición “a un sistema alimentario sostenible de la UE que proteja la seguridad alimentaria y garantice el acceso a dietas sanas con origen en un planeta sano”. Entre otros aspectos, “reducirá la huella ambiental y climática del sistema alimentario de la UE y reforzará su resiliencia, protegiendo la salud de los ciudadanos y garantizando los medios de subsistencia de los agentes económicos”, explica la Comisión.
La estrategia establece objetivos concretos para transformar el sistema alimentario de la UE, por ejemplo, reducir un 50 % el uso y el riesgo de plaguicidas, reducir como mínimo un 20 % el uso de fertilizantes, reducir un 50 % las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura, y alcanzar un 25 % de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica. “También propone medidas ambiciosas para velar por que lo saludable sea también lo más sencillo para los ciudadanos de la UE, con una mejora del etiquetado para satisfacer mejor las necesidades de información de los consumidores sobre los alimentos saludables y sostenibles”, indican desde Bruselas.
Los agricultores, los pescadores y los acuicultores europeos desempeñan “un papel clave” en la transición “hacia un sistema alimentario más equitativo y sostenible”, y recibirán “apoyo de la política agrícola común y la política pesquera común a través de nuevos flujos de financiación” y regímenes ecológicos para que adopten “prácticas sostenibles”. “Hacer de la sostenibilidad una marca europea abrirá nuevas oportunidades de negocio y diversificará las fuentes de ingresos para los agricultores y los pescadores europeos”, recalcan desde la Comisión.
Fuente: Industrias Pesqueras