Las granjas de salmón en el extremo sur de Australia, a donde llegan los vientos helados de la Antártida, parecerían a priori una víctima poco probable del calentamiento global. Sin embargo, según pronósticos del gobierno, los datos constatan que las aguas superficiales se calentaron dos grados centígrados en los últimos 60 años y subirán otros tres en el próximo medio siglo a medida que una corriente tropical que corre por la costa este del país lleva agua cálida al sur profundo.
Además, los científicos alertan de las olas de calor marinas, que serán cada vez más recurrentes, y que estresan y frenan el crecimiento de los peces.
Todos estos episodios están haciendo que los productores de salmón de Tasmania, como Huon Aquaculture Group Ltd. y Tassal Group Ltd. busquen nuevas estrategias de mitigar el impacto del cambio climático.
Una de estas estrategias es a través de los programas de cría selectiva, supervisado por Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), y que está teniendo cierto éxito. Según explican desde CSIRO, las aguas en un criadero de prueba se calientan para ver qué peces prosperan a pesar del ambiente estresante, y estos se envían a los corrales de prueba de los agricultores. Las muestras de ADN de los peces que crecieron más y tenían una mayor tolerancia a una enfermedad prolífica en el salmón de cultivo se envían de regreso a la planta de incubación. Esas familias son luego seleccionadas para la producción comercial.
El programa mejoró las tasas de crecimiento y la tolerancia a la enfermedad branquial en más de 10 por ciento en cada ciclo de reproducción de tres años desde que comenzó en 2004.
La otra estrategia pasa por alejar las granjas de la costa mar adentro, donde el agua está más fría, exponiéndose a trabajar en condiciones climáticas adversas que pueden destruir los artefactos por las tormentas. En Huon perdieron 120.000 peces el año pasado por olas de seis metros y ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora desde el Océano Austral cuando atravesaron la acertadamente llamada Storm Bay (bahía de la tormenta).
Huon pasó dos años desarrollando un corral de doble red, a un precio de 1 millón de dólares australianos cada uno, para resistir el clima y mantener alejadas a las focas. Los amarres ayudan a anclar una red externa para depredadores a una distancia de hasta 7 metros de la red interna, que contiene los peces. La compañía dijo que está trabajando con proveedores mundiales de equipos para exportar la tecnología a Noruega y Chile.
Tassal, que también tiene una concesión en Storm Bay, está desarrollando corrales de “santuario” para mantener alejadas a las focas. La compañía, el mayor productor de salmón de Australia, también está investigando la crianza frente a King Island en el estrecho de Bass, un tramo de agua notoriamente duro, según su informe de sostenibilidad de 2018. La compañía no respondió a una solicitud de comentarios.
Esta estrategia de alejar las granjas de la costa, además, cuenta con el rechazo de las organizaciones ambientalistas, preocupadas por el posible impacto ambiental de la cría intensiva de salmón y que avivó una campaña de grupos comunitarios y pescadores comerciales y recreativos contra las empresas. Los activistas de la organización sin fines de lucro TAMP (Tasmanian Alliance for Marine Protection) quieren detener inmediatamente la expansión en alta mar hasta que se conozcan los impactos en las pesquerías silvestres. Se quejan de que los deshechos de las granjas desordenan las vías fluviales y las costas y que los desechos de peces alteran la biodiversidad de las áreas. Por su parte, las dos grandes empresas, Tassal y Huon, alegan que están creando empleos locales y que son ambientalmente responsables.
Los esfuerzos de mitigación climática parecen estar funcionando. Tassal ve un crecimiento gradual en la producción de salmón respecto a las aproximadamente 33.000 toneladas del año fiscal pasado, según documentos de la compañía. Huon espera que la producción aumente casi 60 por ciento en los próximos dos años, desde poco menos de 19.000 toneladas en los 12 meses que terminaron el 30 de junio.
Fuente: Mis Peces