Vigo es, más que nunca, la capital mundial de la pesca. Conxemar y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) celebraron ayer su ya tradicional congreso previo a la celebración de la feria. Tras el evento centrado el año pasado en el cambio climático, la temática que reunió a cientos de profesionales y expertos en el auditorio de Afundación fue la sostenibilidad social o, lo que es lo mismo, la promoción del trabajo decente y el reconocimiento de los derechos humanos en todas las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura. En este sentido, desde la FAO anunciaron que la ciudad olívica tendrá un papel relevante en la guía de buenas prácticas que lanzarán el próximo año. Y es que en noviembre Vigo acogerá la celebración del Subcomité de Comercio Pesquero (el anterior se celebró en Corea del Sur), en el que se reunirán más de 150 representantes de varios países para debatir sobre este y otros temas de índole pesquera.
El presidente de Conxemar, José Luis Freire, inauguró el congreso recordando que la parte social del sector «preocupa mucho a todos», algo que corroboraron los dos representantes pesqueros de la FAO presentes. Audun Lem, director adjunto del área, explicó la estrategia para mejorar la vida de las tripulaciones a bordo durante su ponencia, en la que reconoció que existe «preocupación» por los casos de violación de derechos humanos y laborales en algunos países.
A su juicio es necesario involucrarse en el cambio, ya que tal y como reconoció el subdirector de Pesca y Acuicultura de la FAO, Árni Mathiesen, «la responsabilidad social se ha convertido en uno de los objetivos estratégicos de la FAO». Según Mathiesen, la promoción del trabajo decente es parte fundamental de la agenda de la organización y «hay diferentes iniciativas internacionales que piden mejoras en este sentido».
Uno de ellos es el convenio ILO 188. Brandt Wagner, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), apostó por la implementación efectiva tras su adopción por varios países. «Esperamos una ratificación generalizada de todo el mundo y que esto nos permita lograr cambios en las condiciones de vida de los trabajadores», sentenció Wagner, que recalcó que «hay que aplicar ya aplicar los estándares que existen».
La visión del jefe de unidad de la OIT fue compartida también por la flota española, representada por la patronal Cepesca y Opagac. «Ha habido gente que no ha salido del barco hasta en tres años, eso es algo verdaderamente inaudito», recalcó el gerente de los atuneros, Julio Morón, que ante los medios avanzó que hay «competencia desleal de todas las flotas internacionales».
En el caso gallego, la mayor urgencia detectada por la Administración y los armadores para mejorar la vida a bordo está en la capacidad de renovar los buques pesqueros. En este sentido, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, insistió en que Bruselas debe desbloquear ayudas de los fondos comunitarios (FEMP) para esto. La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, indicó en la clausura la necesidad de «incluir lo social en toda la cadena de valor del sector», algo que entiende como «fundamental».
Entre la veintena de ponencias también hubo espacio para la reivindicación por la amenaza de la Seafood y su traslado a Barcelona. En este caso corrió a cargo del alcalde Abel Caballero, que reclamó que ambas ferias se lleven a cabo «con las mismas reglas» y «que no haya competencias desleales» de cara a la edición de 2021, para la que Conxemar urge ya una nueva ampliación del Ifevi.
Fuente: Faro de Vigo